Educación Infantil y bien común. Por una práctica educativa crítica (eBook)
244 Seiten
Ediciones Morata (Verlag)
978-84-19287-47-2 (ISBN)
Del pensar en lo necesario para una educación de las posibilidades
No se puede hacer nada excepto poco a poco
Charles Baudelaire
“Lo preocupante” |
En estos tiempos en los que vivimos de manera acelerada, con prisas y con el “aquí y ahora”, parece que la acción de pensar resulta casi imposible, porque llevar a cabo la misma implica tiempo, paciencia, espera, y parece que ni tenemos tiempo, ni paciencia ni espera. Pero esa posible imposibilidad no anula en sí el pensar: “el hombre puede pensar en tanto en cuanto tiene la posibilidad de ello. Ahora bien, esta posibilidad aún no nos garantiza que seamos capaces de tal cosa” (Heidegger, 1994, p. 113); los procesos cognitivos conscientes se dan, otra cuestión diferente, y de gran relevancia, es qué es lo que pone en marcha tales procesos, cuál es el desencadenante de los mismos. Martin Heidegger (1994), en su escrito “¿Qué quiere decir pensar?”, establece que todo lo que está sujeto a consideración propicia dicha acción, y “a pensar aprendemos cuando atendemos a aquello que da que pensar” (p. 114), es decir, “aquello” que es de considerar. Y considerar es, según la RAE (2021), “pensar sobre algo analizándolo con atención”. Aquello que da que pensar, que pasa a ser objeto de consideración, lo llama el filósofo alemán “lo preocupante” (p. 114): ese “aquello” es lo que pasa a ocupar el pensamiento, y su presencia nos interpela a interesarnos por el “aquello” y a intentar anticiparnos a lo que pueda ocurrir o venir. Por tanto, ese “aquello” nos importa1. Y de ser así, ¿por qué no actuar? O ¿por qué no actuamos?
Siguiendo la línea de lo que quiere decir pensar, Heidegger se pregunta, “¿qué es lo que es lo preocupante?” (1994, p. 114). Nuestro tiempo es un “tiempo que da que pensar” (p. 114), y mucho, porque sabemos del incremento de las desigualdades, del ascenso de la ultraderecha, del capitalismo agresivo, de la destrucción del ecosistema, del aumento de prácticas extractivistas, de la reafirmación del individualismo posesivo, de la expansión de democracias autoritarias y excluyentes, de las políticas de expropiación, del atentado contra los derechos humanos y de la naturaleza, del debilitamiento del sistema de protección social, de la privatización del debate público, de la despolitización de los asuntos de la res pública, del despotismo del mercado, de la capitalización de lo colectivo, de la industria de la felicidad. Estos y otros aspectos que caracterizan a nuestro tiempo constituyen “lo preocupante”, y por serlo, debemos pensar en ellos, haciéndolo desde un posicionamiento que no se funda en las claves del mensaje imposibilista del sistema neoliberal convertido en sentido común (Pucciarelli, 2005, p. 113), que anestesia el cuestionamiento, la controversia, la crítica y la reacción. Claro está que hacerlo desde esas claves también resulta preocupante, como no puede ser de otro modo, porque son prácticas cada vez más normalizadas y naturalizadas que entran dentro de ese sentido común que se constituye como verdad, como lo que no solo debe ser, sino que tiene que ser. “El ‘sentido común’ ha embalsamado la reacción y ha hecho de ella un canon ‘teórico’, ‘doctrinario’, ‘idealista’” (Gramsci, 1984, p. 233). El sentido común está repleto de elementos que se nos han hecho ya tremendamente comunes: pobres y ricos, miseria y riqueza, igualdad y desigualdad, ciudadanía y clientela, y así un largo etcétera. Nos hemos dejado de preguntar por las cuestiones básicas que forman parte de nuestro estar en un territorio comunitario y compartido. Las narrativas dominantes y hegemónicas hacen su trabajo para que esto suceda. Así, pues, “lo preocupante”, y por lo que tenemos que preocuparnos, es tanto por los aspectos que dominan y controlan el mundo y nuestro tiempo como por las formas y las estrategias que se imponen desde los sistemas hegemónicos (político, económico, social) convertidos en sentido común.
Pero “lo preocupante”, por lo que debemos preocuparnos, no queda limitado al estado en el que se halla inmerso nuestro tiempo y nuestro mundo (local-global), porque lo que les pertenece, les corresponde y los habita se encuentra afectado y sometido a sus efectos, como también sujeto a sus discursos y a sus prácticas. La educación es una de esas realidades atrapada en la trama compleja que define el estado de nuestro tiempo y de nuestro mundo. De tal modo que se convierte en una exigencia de primer orden y en una tarea prioritaria entender la educación como un componente más de lo que venimos llamando “lo preocupante”.
Es preocupante:
- •la mercantilización educativa,
- •los recortes y la reducción de gastos,
- •la disminución de becas,
- •el incremento de la ratio,
- •el fortalecimiento de las escuelas concertadas,
- •el emprendimiento educativo,
- •la cesión de la gestión pública a entidades y agentes privados,
- •la atribución de valor comercial a la educación para ser un bien de consumo,
- •la competitividad (entre centros, entre el profesorado, entre el alumnado),
- •el mérito personal basado en el individualismo,
- •el último de la fila se lo ha buscado,
- •la creatividad para ganar,
- •el desapego a lo humanístico,
- •la infantilización de las infancias,
- •los niños y las niñas siempre en el futuro del mercado laboral,
- •la meritocracia y el credencialismo como puertas de acceso al progreso y al prestigio,
- •el currículum bajo el gobierno del libre mercado,
- •los estándares académicos y la rendición de cuentas,
- •la recodificación de las relaciones educativas para el logro del éxito,
- •el conocimiento como mercancía,
- •el pupitre como un bien privado,
- •las evaluaciones externas estandarizadas,
- •la cuantofilia al servicio de los rankings,
- •la reducción de los servicios de apoyo educativo,
- •la seudo-autonomía docente,
- •la proletarización del profesorado,
- •los recortes de profesorado,
- •la educación pública como responsable de los fracasos,
- •...
¿Hay motivos para preocuparse, para preocuparnos? Los hay. Entonces, ¿Por qué no actuar?, ¿por qué no actuamos?
“Lo necesario” |
Se hace necesario volver a Heidegger (1994), pues señalaba que no basta con pensar sobre “lo preocupante”, porque se corre el riesgo de que el pensamiento quede atrapado en el imaginario; es necesario pasar a la acción. ¿Qué es “lo necesario”?
“Lo necesario” es plantearnos preguntas tan básicas como: ¿desde dónde pensamos?, ¿por qué pensar?, ¿por qué pensar sobre lo que pensamos?, ¿cómo lo pensamos?, ¿para qué pensar sobre lo pensado?, ¿a quién va dirigido lo pensado?, ¿qué incluimos y excluimos en lo que pensamos?, ¿lo pensado piensa en el Otro y en la Otra? Intentar dar respuesta a estas cuestiones es un acto que compromete, porque estas no nos sitúan en un plano impersonal y solipsista; más bien nos coloca en el plano de lo político. Interrogantes que despierta la inquietud de enfrentarnos a ese sentido común aprendido, instalado en lo personal, e incitan a explorar alternativas que, no entendidas como reconversión o como maquillaje de lo existente, asuman otro lenguaje, otras miradas, otras relaciones. Interrogantes que nos interpelan a preguntarnos por las ausencias convertidas en “no-existencia” (Santos, 2010b).
“Lo necesario” para dar respuesta a estas preguntas y para generar procesos emancipadores es perder el miedo a la palabra, en la cual se encuentran dos dimensiones clave: acción y reflexión (Freire, 1979): “no hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo” (p. 105). La palabra nos sitúa en el diálogo en el que lo pensado pasa a la acción. La palabra es comunicación, es relación, es identidad, es política; es uno y otro, es un nos-otros. Poner las palabras en el camino del pensar es una práctica emancipadora.
“Lo necesario” es rescatar el “buen sentido” (en el sentido gramsciano) integrado por la reflexión y la crítica para destruir prejuicios y falsedades que agreden a la educación pública y para desmantelar la forma tecnocrática de entender el bien público que le es propio a la educación, sin perder de vista que tanto lo público como lo común han quedado atrapados en la lógica del capitalismo financiero sufriendo re-significaciones para ajustarlos a...
Erscheint lt. Verlag | 14.7.2023 |
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Verlagsort | Las Rozas (Madrid) |
Sprache | spanisch |
Themenwelt | Sozialwissenschaften ► Pädagogik ► Allgemeines / Lexika |
Schlagworte | Educación Infantil • justicia social |
ISBN-10 | 84-19287-47-4 / 8419287474 |
ISBN-13 | 978-84-19287-47-2 / 9788419287472 |
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Größe: 3,4 MB
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