Desarrollo non sancto (eBook)
248 Seiten
Siglo XXI Editores México (Verlag)
978-607-03-0994-6 (ISBN)
Adrián E. Beling Doctor en sociología por la Universidad Humboldt de Berlín y por la Universidad Alberto Hurtado de Chile, y Magister en estudios globales. Tiene formación en ciencias económicas y ciencias sociales en Argentina (Universidad Nacional de Cuyo y flacso), Alemania (Universidad de Friburgo) e India (Universidad Jawaharlal Nehru). Docente e investigador asociado al Programa de Estudios Globales de flacso Argentina, consultor internacional en ecología y sociedad. Es cofundador y miembro del Comité Editorial de la revista digital y blog académico Alternautas. Sus principales temas de investigación y docencia son: cambio ambiental global y transformaciones societales, gobernanza para la sustentabilidad, así como sociología política y cultural de la globalización, en particular sociedad civil, religión y diálogo norte-sur. Julien Vanhulst. Doctor en medio ambiente por la Université Libre de Bruxelles (ulb) y doctor en sociología por la Universidad Alberto Hurtado de Chile. Es Magister en ciencias y gestión del medio ambiente (Instituto de Ciencias y Gestión del Medio Ambiente, ulb) y sociólogo (ulb). Académico de la Escuela de Sociología de la Universidad Católica del Maule (ucm), investigador del Centro de Estudios Urbano-Territoriales (ucm) e investigador externo del Centro de Estudio del Desarrollo Sostenible (ulb). Asimismo, es cofundador y miembro del consejo editorial de la revista académica digital Alternautas. Sus temas de especialización incluyen: gobernanza para la sustentabilidad, economías alternativas, territorios y geografía de los conflictos socioambientales, y sociología de las ciencias.
Adrián E. Beling Doctor en sociología por la Universidad Humboldt de Berlín y por la Universidad Alberto Hurtado de Chile, y Magister en estudios globales. Tiene formación en ciencias económicas y ciencias sociales en Argentina (Universidad Nacional de Cuyo y flacso), Alemania (Universidad de Friburgo) e India (Universidad Jawaharlal Nehru). Docente e investigador asociado al Programa de Estudios Globales de flacso Argentina, consultor internacional en ecología y sociedad. Es cofundador y miembro del Comité Editorial de la revista digital y blog académico Alternautas. Sus principales temas de investigación y docencia son: cambio ambiental global y transformaciones societales, gobernanza para la sustentabilidad, así como sociología política y cultural de la globalización, en particular sociedad civil, religión y diálogo norte-sur. Julien Vanhulst. Doctor en medio ambiente por la Université Libre de Bruxelles (ulb) y doctor en sociología por la Universidad Alberto Hurtado de Chile. Es Magister en ciencias y gestión del medio ambiente (Instituto de Ciencias y Gestión del Medio Ambiente, ulb) y sociólogo (ulb). Académico de la Escuela de Sociología de la Universidad Católica del Maule (ucm), investigador del Centro de Estudios Urbano-Territoriales (ucm) e investigador externo del Centro de Estudio del Desarrollo Sostenible (ulb). Asimismo, es cofundador y miembro del consejo editorial de la revista académica digital Alternautas. Sus temas de especialización incluyen: gobernanza para la sustentabilidad, economías alternativas, territorios y geografía de los conflictos socioambientales, y sociología de las ciencias.
PRÓLOGO
LEONARDO BOFF
Ecoteólogo de la liberación
La encíclica del papa Francisco Laudato si’: sobre el cuidado de la casa común (junio de 2015) seguramente no estaba en los propósitos iniciales del pontífice. Tenía que poner orden en la Casa Vaticana antes de pensar en poner orden en la casa común, la Tierra. Muchos teólogos e incluso obispos de América Latina, desde el principio, le hicimos ver que el verdadero problema no era la Curia Romana ni la Iglesia romano-católica: el problema urgente es ¿cómo garantizar el futuro de la vida y de la Madre Tierra, frente a las crecientes y aterradoras amenazas que podrían llevarnos a la autodestrucción?
¿En qué medida la fe cristiana, y concretamente la Iglesia, pueden contribuir a evitar un eventual Armagedón bio-socio-ecológico?
En contacto con los datos de la situación real de la Tierra y de la vida, el papa decidió atender esta petición de urgencia. Escribió una carta encíclica no dirigida a los cristianos sino a la humanidad. El subtítulo configura el sentido del texto pontificio: Sobre el cuidado de la casa común. Éste es su verdadero título. El cuidado es la categoría clave que nos puede abrir una perspectiva salvadora. O cuidamos de la casa común o vamos al encuentro de un camino sin retorno.
En esto el papa coincide con la Carta de la Tierra que inicia con estas graves palabras: “Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. […] La elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida” (Preámbulo).
El papa Francisco subraya: “las predicciones catastróficas ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía […] El ritmo de consumo, de desperdicio y de alteración del medio ambiente ha superado las posibilidades del planeta, de tal manera que el estilo de vida actual, por ser insostenible, sólo puede terminar en catástrofes […] (LS §161)”.1
Pero el papa no se resigna, sino que crea esperanza en las personas: “la esperanza nos invita a reconocer que siempre hay salida, que siempre podemos reorientar el rumbo, que siempre podemos hacer algo para resolver los problemas. Sin embargo, parecen advertirse síntomas de un punto de quiebre […]” (§61).
Este punto de “quiebre” le permite formular su mensaje dentro del nuevo paradigma ecológico, del Ecoceno (en contraposición al Antropoceno), formulado a partir de las ciencias de la vida y de la Tierra como se viene formulando ya desde Einstein hasta Heisenberg-Bohr y Brian Swimme.
La Tierra, nuestra casa común, se encuentra dentro de un proceso cosmogénico que ya tiene 13 700 millones de años. El ser humano es Tierra (LS §2) pero Tierra que siente, piensa, ama y venera.
Si miramos bien el texto de la encíclica, toda ella está estructurada dentro del rito metodológico que maduró en América Latina, presente en los textos oficiales del Consejo Episcopal Latino Americano (CELAM) y en la Teología de la Liberación: ver, juzgar, actuar y espiritualizarse.
Asume los datos más seguros de las ciencias sobre la situación de la Tierra (ver), hace un doble ejercicio del juzgar: un juicio filosófico-cultural (las raíces de la crisis actual) y otro teológico (lo que la fe bíblica dice de la creación). Propone sugerencias concretas (actuar) desde del cuidado de cada ser, porque tiene su valor intrínseco, hasta el agua y cosas de la vida cotidiana. Aquí exige “una radical conversión ecológica” en las formas de relacionarse con la naturaleza, con la Madre Tierra, con el proceso productivo, con el consumo y con la desigual distribución de los bienes naturales y tecnológicos. Por fin, propone vivir “una espiritualidad (espiritualizarse) para alimentar una pasión por el cuidado del mundo; porque no será posible comprometerse en cosas grandes sólo con doctrinas sin una mística que nos anime, sin unos móviles interiores que impulsan, motivan, alientan y dan sentido a la acción personal y comunitaria” (LS §216). Es el momento de la espiritualización.
Teniendo en cuenta las discusiones mundiales sobre la ecología, se ve claramente que el papa organiza los materiales en la línea de las cuatro ecologías: la ambiental, la político-social, la cultural-mental y la espiritual. Como se desprende de lo anterior, no se trata de una encíclica “verde” que se concentra sólo en lo ambiental—predominante en las políticas, en las investigaciones y en producción científica—, sino de una ecología integral, como conscientemente lo subraya el papa.
Por ahí se ve que estamos de cara a un nuevo paradigma. Ecología implica más que su dimensión técnico-científica, que es necesaria pero insuficiente (además de ser duramente criticada por su hybris): representa una manera diferente de relacionarse tanto con la naturaleza (somos parte de ella, no estamos sobre ella como sus dueños, sino al pie de ella, como miembros de la comunidad de la vida) como con la Tierra, entendiéndola no como un baúl de recursos, sino como algo vivo, la Madre Tierra. Los bienes y servicios que nos proporciona la Tierra, más que como recursos (palabra que connota una dimensión muy materialista), debemos entenderlos como sus bondades, como dicen los andinos, que nos sustentan a nosotros y a toda la realidad.
Podemos mencionar algunos términos claves del nuevo paradigma, como lo son la relación de todos con todos (aquí resuena la frase de Werner Heisenberg: “todo es relación y nada existe fuera de la relación”), el valor intrínseco de cada ser (también de las hierbas silvestres, LS §12), la complejidad de la realidad que exige la ecologización de todos los saberes, la concepción de la Tierra-Madre como algo viviente, la pertenencia a un Todo más grande, entre otros.
Hay un dato que pasó desapercibido para la mayoría de los comentaristas: la inclusión sistemática de la inteligencia cordial, sensible o emocional. La encíclica asume lo que constituye una gran discusión en la filosofía actual (Maffesoli, Cortina, Golemn, Muniz Sodré y otros): rescatar este tipo de razón (la más ancestral del ser humano) para contrabalancear los excesos de la razón instrumental analítica que tantos frutos nos ha dado, pero que también, en su hybris, creó la shoah y el principio de autodestrucción del ser humano (Carl Sagan). Sin la incorporación de la razón cordial no tenemos cómo movilizar a las personas y a las sociedades para respetar a la naturaleza y así salvarla, garantizando un futuro de esperanza para nuestra civilización.
El papa se ha inspirado en San Francisco de Asís, con su “corazón universal” (LS §10) que llamaba a todas las criaturas con el dulce nombre de hermanos y hermanas, incluso al terrible lobo de Gubbio. No puedo, en este contexto, dejar de citar este poético texto de la encíclica: “Todo está relacionado y todos los seres humanos estamos juntos como hermanos y hermanas en una maravillosa peregrinación, entrelazados por el amor que Dios tiene a cada una de sus criaturas y que nos une también con tierno cariño, al hermano Sol, a la hermana Luna, al hermano río y a la Madre Tierra” (LS §92).
Aquí habla la razón cordial que atraviesa toda la encíclica. El apartado final (capítulo sexto, punto IX) tiene un título poético: “Más allá del sol”. En ninguna encíclica del pasado pontificio se vio tanto sentido de poesía y de belleza literaria. Termina con una llamada que va directo al corazón: “Caminemos cantando. Que nuestras luchas y nuestras preocupaciones por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza” (LS §244).
Respecto del presente libro Desarollo Non Sancto: la religión como actor emergente en el debate global sobre el futuro del planeta, coordinado por Adrián E. Beling y Julien Vanhulst, diré que reúne comentarios tal vez de lo más pertinentes sobre la encíclica del papa Francisco Sobre el cuidado de la casa común. La Introducción de Beling y Vanhulst trae datos muy significativos sobre la actual crisis ecológica del sistema-vida y del sistema-Tierra, y sobre los modos que se están ensayando para superarla, con la conciencia de que se trata de algo sistémico y que, por eso, reclama un cambio radical en los fundamentos que sustentan nuestra forma de habitar la casa común.
Las tres partes son de gran acuidad, elaboradas por expertos de alta calidad que han mostrado las posibilidades y también los límites del mensaje papal. Abordan los distintos puntos neurálgicos de la actual crisis, sea el tipo de desarrollo que tenemos, sea la insostenibilidad de nuestras formas de vivir y de convivir, sean las amenazas que pesan sobre nuestro futuro común en caso de que no tomemos en serio el cuidado necesario, la solidaridad universal y la corresponsabilidad colectiva.
Cabe comentar también las principales contribuciones de las religiones y, específicamente, del cristianismo ecuménico, que es la más relevante en el texto papal. Yo asumo, por su pertinencia, la posición del eminente biólogo Edward O. Wilson, en su libro “The Creation. An appel to save Life on Earth” (2006). Se trata de una especie de carta casi desesperada que envía a los líderes de las dos fuerzas que, según él, mueven más a la humanidad: las religiones e Iglesias y la tecnociencia que ha cambiado la faz de la Tierra.
Wilson parte del supuesto de que la vida está amenazada porque el ser humano se ha transformado en una fuerza...
Erscheint lt. Verlag | 31.8.2019 |
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Verlagsort | Mexico City |
Sprache | spanisch |
Themenwelt | Sozialwissenschaften ► Soziologie |
Schlagworte | Ambiente • non santo • papa fransico • sociologia • Vaticano |
ISBN-10 | 607-03-0994-4 / 6070309944 |
ISBN-13 | 978-607-03-0994-6 / 9786070309946 |
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Größe: 756 KB
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