El Debate Politico

A contrapelo de la posmodernidad hegemónica que cancela la función narrativa, la novela de Roa Bastos no descree de la capacidad recuperadora del imaginario social como instrumento de construcción de la memoria colectiva: plantea la memoria-oralidad dialógica como instrumento de reflexión histórica, resquebrajadora del monologismo colonizador de las historias oficiales. Tampoco su filosofía del lenguaje está basada en el descrédito de la capacidad comunicativa; muy por el contrario, a causa de la textura dialógica que entrelaza sus múltiples voces, Yo el supremo es lo más parecido a un debate público, reabierto en la escena política de América Latina para cuestionar, evaluar y recordar: la heteroglosia social aflora y se permea por doquier (aún en el propio eje del poder, El Supremo), desbaratando la jerarquización de los saberes oficiales, al tiempo que restituyendo la voz cultural y politica a ese oscuro subalterno y el espacio, a las modalidades del 'texto ausente' que desde la configuración colonial ha permanecido sumergido.