Si conoces a alguien que es difícil y causa muchos conflictos en tu vida, es posible que estés lidiando con una persona tóxica. Estas personas pueden crear mucho estrés e incomodidad para ti y para los demás, sin mencionar el dolor emocional o incluso físico que se podría desarrollar.

Una persona tóxica es cualquiera cuyo comportamiento agrega negatividad y malestar a tu vida. Muchas veces, las personas tóxicas se enfrentan a su propio estrés y traumas, y para lidiar con esto, actúan de maneras que no los presentan de la mejor manera y, por lo general, molestan a los demás en el camino.

La toxicidad en las personas no se considera un trastorno mental, pero podría haber problemas mentales subyacentes que hagan que alguien actúe de manera tóxica, incluido un trastorno de personalidad.

Aquí hay algunas señales de advertencia que debes tener en cuenta si crees que estás tratando con una persona tóxica:

• Sientes que estás siendo manipulada para hacer algo que no quieres hacer
• Estás constantemente confundida por el comportamiento de la persona
• Sientes que te mereces una disculpa que nunca llega
• Siempre tienes que defenderte de esta persona
• Nunca te sientes completamente cómoda con ellos
• Continuamente te sientes mal contigo misma en su presencia

Si has experimentado estos sentimientos con alguien, puede que te estés enfrentando con una persona tóxica. Si constantemente tienes tales emociones, es posible que desees cambiar la relación o detenerla por completo.

Al igual que hay señales de que estás cerca de una persona tóxica debido a cómo te hace sentir, hay señales que se ven en la persona misma que resaltan su toxicidad. Los signos más comunes incluyen, por ejemplo, la inconsecuencia.

Parte de ser humano es tener altibajos, buenos y malos momentos, pero una persona tóxica casi nunca es consistente.

Su comportamiento es errático, no cumplen sus compromisos o promesas y nunca sabes lo que van a hacer a continuación. Tal inconsistencia es muy difícil cuando intentas estar ahí para alguien. Pueden estar eufóricos contigo un minuto y descartarte al siguiente.

También puede ser que siempre necesiten tu atención. ¿Has notado que la persona siempre necesita algo de ti? Ya sea que se trate de llamadas telefónicas constantes, mensajes de texto o presentarse en tu puerta, siempre necesitan apoyo emocional. Y probablemente no te estén apoyando a cambio.

Te quitan todo lo que tienes sin darte mucho a cambio.

Tienen un elevado nivel de interés propio, una necesidad de mostrar su propia grandeza para recibir afirmación. Esto puede estar asociado con el trastorno de personalidad narcisista.

Digamos que tu tía accedió a ir a tu fiesta de cumpleaños, pero luego se pasó todo el tiempo quejándose. Ella no dejaba de hablar sobre las sillas incómodas en el restaurante que escogiste, y no tiene miedo de decirte lo miserable y horrible que la pasó. Te sientes tan mal que terminas comprándole un certificado de regalo para un masaje para compensarla.

Si bien es fácil decir que tu tía es cascarrabias o malhumorada, si regularmente hace todo sobre ella (e insiste en que te ocupes de sus necesidades por encima de las tuyas), es una persona tóxica, simple y llanamente.

Otra señal es que siempre hay drama. ¿Alguna vez notaste cómo el drama parece seguir a algunas personas? Es probable que no sea una coincidencia. Las personas tóxicas prosperan en situaciones dramáticas, inflaman las emociones y crean conflicto; les encanta revolver la olla para ver qué pasa. Las personas a menudo son tóxicas porque no están interesadas en ser estables y saludables en las relaciones.

Otro signo de una persona tóxica es que no tiene límites. Si has sido clara con alguien una y otra vez acerca de tus necesidades, y simplemente no pueden evitar faltarte el respeto, son tóxicos. Las relaciones saludables se basan en la confianza y la capacidad de respetar los límites. La gente tóxica simplemente no puede hacer eso.

Las personas tóxicas manipulan a los demás por lo que quieren. ¿Sientes que se aprovechan de ti? ¿Te manipulan? A las personas tóxicas les encanta manipular a los que les rodean para conseguir lo que quieren.

Esto significa mentir, torcer la verdad, exagerar u omitir información para que tomes una determinada acción o tengas una determinada opinión sobre ellos. Harán lo que sea necesario, incluso si eso significa lastimar a la gente.

Por ejemplo, cuando le haces una pregunta a tu amigo ("oye, ¿quieres venir la semana que viene?"), no tienes motivos ocultos. Sin embargo, cuando una persona tóxica te hace una pregunta, es posible que te esté tendiendo una trampa: "¿estás libre para cenar mañana a las siete?" Subtexto: "si no estás libre para cenar mañana a las siete, estaré enojado contigo por el resto de la semana".

Su modus operandi es inclinar a las personas a hacer lo que ellos quieren que hagan. Se trata de ellos. Usan a otras personas para lograr cualquier objetivo que sea, así que olvídate de lo que quieres, pues no se trata de igualdad en una relación para ellos.

Sus disculpas no son sinceras. ¿Alguna vez esperaste una disculpa de alguien y terminaste disculpándote con esa persona? Esta es una bandera roja clásica. Digamos que tu amigo arruinó los planes de almuerzo que tenías el sábado pasado. Luego, cuando lo confrontas al respecto, profundiza en esta larga historia sobre cómo se peleó mucho con la persona con quien está saliendo esa mañana y cree que nunca encontrará a su alma gemela, y todo es culpa de sus padres por divorciarse cuando tenía cinco años.

Sientes algo por esta persona y quieres estar ahí para ella si está teniendo una crisis, es solo que... siempre está teniendo una crisis. ¿Y no estabas hablando del almuerzo?

Cambiar de táctica y convertirse en víctima es territorio tóxico.

Una señal más es que no te escuchan. Toda buena relación, ya sea con un amigo, pareja o tu abuela, se basa en un equilibrio entre compartir y escuchar. Aparentemente, las personas tóxicas se han perdido ese memorándum.

Cuando comienzas a confiar en un amigo tóxico (o incluso tratas de involucrarlo con una anécdota rápida sobre tu vida), notarás rápidamente que su atención se desvía hacia otra cosa. Antes de que te des cuenta, te interrumpe, cambia de tema y devuelve la conversación a algo que encuentra más interesante: él mismo.

También puede suceder que te hagan sentir mal. Inmediatamente después de pasar tiempo con un amigo o familiar, pregúntate: "¿Me siento mejor o peor que cuando salí de casa esta mañana?" Si constantemente te sientes peor, son tóxicos.

Las personas tóxicas son agotadoras, generalmente los encuentros te dejarán emocionalmente aniquilada. El tiempo con ellos se trata de ocuparse de sus asuntos, lo que te hará sentir frustrada e insatisfecha, si no enojada. No te permitas agotarte como resultado de dar y dar sin recibir nada a cambio.

Una señal más: usan la palabra “yo” incesantemente. ¿Alguna vez te has encontrado en una conversación con alguien, solo para darte cuenta de que no es una conversación en absoluto sino más bien como un espectáculo de una sola persona contigo como audiencia? Esa es una característica clásica del trastorno de personalidad narcisista, y hace que las personas se alejen del narcisista, aburridas o heridas.

Puede que te digan que “estás exagerando”. ¡Alerta de gaslighting! Esa es la frase para cuando una persona te hace dudar de tus pensamientos o sentimientos sin dar evidencia de por qué. Simplemente dicen “estás equivocada” (y obtienen puntos adicionales por mal comportamiento si actúan con condescendencia o con lástima como si fuera tu culpa que estés molesta, tontita).

La respuesta emocional de una persona a una situación, lugar o cosas es solo suya, y podría decirse que es un aspecto sagrado de la humanidad de todos y cada uno. Los sentimientos no pueden ni deben ser menospreciados.

Digamos que te has ido a la cama por la muerte de tu amado gato. Tu amigo no entiende por qué le estás dando tanta importancia y no puede creer que canceles tus planes para cenar por la muerte de un felino. Bien, no tiene que hacerlo. Pero decir “le estás dando demasiada importancia a esto” es una toxicidad de grado A; mientras que “no sé por lo que estás pasando, pero lamento mucho tu pérdida” es mucho más compasivo.

Existen personalidades de alto conflicto que tienen el potencial de causar estragos en la vida de sus amigos y compañeros de trabajo. Un hilo común entre estas personas es la falta de capacidad para cambiar o para ver su parte en los problemas de la vida.

Creen erróneamente que todos sus problemas les suceden a ellos, como si les hubieran caído del cielo, y que no hay nada que puedan hacer al respecto; crónicamente se sienten como una víctima en la vida. Cualquier persona que perciba una falta de agencia en su propia vida es propensa a...