Màs allà de la muerte -  Geshe Rabten

Màs allà de la muerte (eBook)

(Autor)

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2017 | 1. Auflage
148 Seiten
Edition Rabten (Verlag)
978-2-88925-084-4 (ISBN)
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Cuando nos morimos, ¿qué pasa? ¿Qué viene después? ¿Puede uno ayudar a un moribundo? En el budismo, hay descripciones precisas sobre cuáles experiencias recorre cada ser humano durante el proceso de morir y después de la muerte. Gueshe Rabten, a base de estas descripciones, nos ofrece unos consejos sobre cómo uno puede ayudar a un moribundo y deja claro que un estilo de vida sano es la mejor preparación para la muerte y para la existencia subsiguiente.

Nuestra situación actual


Los saludo con un “Tashi Deleg” cordial. En primer lugar, quiero dedicarle unas pocas palabras al Dharma. Como ustedes saben, soy un monje budista, un gueshe budista. Sobre lo que quisiera hablar no es, sin embargo, sobre alguna teoría abstracta. Más bien voy a aclarar los medios que le permiten a cada ser humano vencer el sufrimiento y alcanzar la deseada alegría y felicidad. Por esta razón, creo que las siguientes explicaciones van a ser de beneficio práctico para todos nosotros, suponiendo que yo logre presentarlas clara e inteligiblemente y que ustedes estén atentos, para que luego puedan reflexionar sobre estas explicaciones.

Esta presentación no corresponde a una enseñanza usual. En una presentación usual ustedes han cumplido con su tarea si han escuchado.

Sin embargo, quisiera dejar claro que las siguientes explicaciones son para meditarlas. No deben darse por satisfechos con meramente escuchar, sino que deben pensar y reflexionar sobre las explicaciones. Sólo así esta presentación nos puede ser de provecho incluso a largo plazo; sólo así nos hará posible alcanzar la felicidad duradera.

Si reflexionamos sobre las explicaciones, no sólo nos serán provechosas a largo plazo. Con una buena reflexión, los métodos o instrumentos que se explicarán a continuación los ayudarán fácilmente, ya desde ahora, a encontrar un modo de vida más relajado y feliz.

En primer lugar, es importante que tengamos clara nuestra situación presente. Como humanos, somos capaces de tener diferentes experiencias y de seguir distintos razonamientos. Por eso, somos capaces de pensar claramente y de traer cualquier asunto ante la conciencia. Sin embargo, si uno no piensa más profundamente sobre sí mismo, ni en el día de hoy, ni en el de mañana, ni en todo el mes y, en fin, tampoco en todo el año, no alcanzará ningún conocimiento superior. Pero si uno se esfuerza en emplear la propia capacidad de pensar, hay una infinidad de cosas para comprender, una infinidad de situaciones para valorar correctamente.

Si por un lado reflexionamos con detenimiento sobre nosotros, sobre nuestros deseos y los pensamientos que continuamente nos ocupan, y si por otro lado observamos lo que de hecho experimentamos en nuestra vida cotidiana, nos daremos cuenta que estos dos no concuerdan entre sí. Lo que incesantemente deseamos y que también los demás continuamente esperan es la felicidad. Queremos tener felicidad mental y física, y pasar un rato agradable y ameno. Queremos estar sosegados y tranquilos; dicho brevemente, queremos experimentar el mayor bienestar posible en un estado agradable, tanto mental como físico. 

Eso es lo que deseamos y hacia eso dirigimos nuestros esfuerzos. Todos lo sabemos por experiencia propia. Sin embargo, la realidad o nuestras experiencias reales son otras. Experimentamos sufrimiento físico y también mental, y nos esforzamos continuamente en controlar estos sufrimientos. Apenas logramos superar alguno de estos sufrimientos, ya aparece la próxima dificultad, ya se nos presenta la siguiente tribulación. Ocurre como con las olas a orillas del mar: En cuanto se ha retirado una ola y nos parece que ya ha pasado, rompe la siguiente. De manera parecida se nos presentan ininterrumpidamente sufrimientos y tribulaciones.


Causa y efecto 


Si no se reflexiona más a fondo, uno simplemente siente: “Sí, me va mal”, “ahora estoy enfermo”, “ahora me hace falta esto o aquello”. No comprende estas relaciones más profundamente. Sin embargo, si analiza con más detenimiento la naturaleza de estas dificultades que siempre vuelven a presentarse, puede darse cuenta de que se trata de fenómenos pasajeros. También verá que estas tribulaciones son de naturaleza cambiante. Yendo más allá, entenderá que, como fenómenos cambiantes, tienen que ser resultados que han surgido de unas causas específicas. Lo que es un efecto descansa necesariamente en una causa. No hay ningún efecto que surja de sí mismo y que no tenga una causa.

Lo mismo sucede con los fenómenos externos, aunque sólo sean árboles, flores, hierbas u otra cosa. Todo crece debido a sus causas. Si la semilla, el suelo, la humedad y el calor coinciden en la proporción adecuada, surge el efecto correspondiente, esto es, brota el árbol, la flor, la grama y así sucesivamente. Sucede exactamente igual con los fenómenos internos, con los sufrimientos y las tribulaciones que los seres humanos experimentamos.

Como el sufrimiento y la tribulación son experiencias internas, experiencias del cuerpo y de la mente, es de suponer que sus causas hayan de buscarse igualmente dentro de uno mismo. Se entiende fácilmente que no se trata meramente de las causas externas que requieren los árboles, las flores o las hierbas.

En este momento quisiera dejar algo claro: Voy a hablar sobre muchas cosas y supongo que ustedes no siempre van a tener la impresión de que todo se comporte exactamente así como yo lo explique. Sin embargo, lo mejor es que durante mis explicaciones ustedes reflexionen si lo dicho es útil, si lo perciben como se ha descrito. Apliquen aquellos puntos que les parezcan provechosos. Pero no tienen que romperse la cabeza con aquellas cosas que les resulten menos provechosas; simplemente déjenlas de lado.

Si van a una tienda, van a encontrar allí un sinfín de cosas que podrían comprarse. Muchos artículos les saltan a la vista, como prendas de vestir, que les gustan y les quedan bien. Sin embargo, encuentran muchísimas más cosas que no les quedan bien o no les gustan. A una tienda así no se entra con la intención de comprarse lo más posible de lo que haya allí. Más bien, se entra para adquirir lo que a uno le guste y le quede bien. En esta exposición sucede algo parecido.

Cuando nos acosan sufrimientos mentales o físicos, frecuentemente tenemos la impresión de que nos vienen de esto o de aquello. Buscamos condiciones externas y les atribuimos la responsabilidad de nuestras experiencias dolorosas. La mayor parte de ustedes seguramente ya habrá oído que los efectos que experimentamos y las dificultades que nos acontecen dependen de causas y condiciones. Lo que comprendemos por causas y condiciones son las condiciones externas de estas experiencias. Pero, en cambio, lo que no nos queda claro son las verdaderas causas que dan como resultado nuestras experiencias negativas y desagradables.

Incluso el crecimiento de granos requiere causas y condiciones. Por condiciones me refiero al suelo y a la humedad, al calor y al trabajo del campesino, etc. Pero la causa verdadera de la espiga es la semilla que fue sembrada en la tierra.

Cuando sufrimos, cuando tenemos dificultades, rápidamente pensamos que este o aquel factor externo tiene la culpa. Pero al hacer eso, captamos sólo las condiciones externas que suscitan estas dificultades. Sin embargo, las verdaderas causas de este sufrimiento se encuentran dentro de uno mismo. Son causas internas, causas en el propio cuerpo y en la propia mente que desde un principio hacen posible que suframos.

En cuanto a estas causas verdaderas, se trata de acciones previas de la misma persona que experimenta las dificultades. Se trata de actividades mentales, verbales o físicas que esta persona mantuvo, ya sea en esta vida o en otra anterior. Por lo tanto, las causas reales de nuestras experiencias sólo son las acciones de la mente, de la palabra o del cuerpo que hemos llevado a cabo en un momento anterior. Cuando se reúnen las causas internas y condiciones externas, sólo entonces se cumplen los requisitos para experimentar lo desagradable.

En el fondo, no deseamos otra cosa que la felicidad y lo agradable. Sin embargo, la mayor parte de nuestras acciones ponen los cimientos para lo contrario. De esta manera, las causas que nosotros mismos llevamos se oponen diametralmente a nuestros deseos. Debido a esto, no experimentamos lo que esperamos. En lugar de la añorada existencia grata, vivimos una existencia llena de tribulaciones. 

Es sumamente importante que se tome conciencia de este hecho. Sólo entonces, en una situación difícil, uno sabrá que en el pasado acumuló precisamente muchas acciones que conducen al sufrimiento. Reconocerá que ahora experimenta los efectos de sus propias acciones. Pero sobre todo llegará a la conclusión que tiene que escoger entre dos opciones mutuamente excluyentes: dejar de acumular estas causas negativas o, por el contrario, conformarse con las experiencias de sufrimiento de las cuales uno mismo es responsable. Tal conocimiento, tal disposición, trae consigo una tranquilidad mental considerablemente mayor. Entonces las propias dificultades ya no nos dominarán tanto.

Si uno mismo, en situaciones difíciles, no es consciente de estos hechos, se lamentará: “Me va tan mal”, “esto o aquello tiene la culpa”. Sea cual sea la condición externa que haya contribuido a una dificultad, se enfadará con ella. Intentará defenderse por todos los medios, por inútiles que sean, y de esta manera simplemente desencadenará más y más turbulencias, ocasionándose a sí mismo aún más malestar del que el sufrimiento de por sí le causaría.

Por ejemplo, si uno se ha lastimado en el trabajo y es responsable de la lesión, se queda tranquilo y no se enoja con nadie. En todo caso, buscará a un médico. Pero si fue otra persona la que le causó esa misma lesión, uno se encoleriza y enoja. Con este ejemplo se deja claro que reconocer que uno es...

Erscheint lt. Verlag 21.3.2017
Verlagsort Le Mont-Pèlerin
Sprache spanisch
Themenwelt Sachbuch/Ratgeber Gesundheit / Leben / Psychologie Esoterik / Spiritualität
Sachbuch/Ratgeber Gesundheit / Leben / Psychologie Östliche Weisheit / Alte Kulturen
Schlagworte Buddhismus • Dharma • Mahayana • Meditation • Philosophie
ISBN-10 2-88925-084-9 / 2889250849
ISBN-13 978-2-88925-084-4 / 9782889250844
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